La orientación de los templos románicos

Para mí fué una sorpresa enterarme de que la totalidad de los templos románicos, así como góticos están orientados de la misma forma. Sabiéndolo es muy fácil comprobarlo, y si se piensa en ello, parece algo completamente natural. Y es que los detalles a apreciar en un templo parten desde antes de la construcción del mismo. Dos aspectos son fundamentales a este nivel preconstructivo: la ubicación elegida y la orientación.
La matriz ideológica de la que se parte es una religión de tipo celeste, en contraposición con las religiones telúricas. Y esto, por lo que he podido enterarme, es básico para entender todo lo demás. Las sociedades eminentemente agrícolas desarrollaron ritos y creencias muy ligadas a la tierra a la que estaban atados: sus ceremonias tienen mucho que ver con la fertilidad, con el seguimiento de las cosechas y con el propio suelo. Son religiones en las que el elemento femenino es primordial por analogías claras entre la fertilidad vegetal y el embarazo. La diosa madre es una figura típica de este tipo de culturas
Las culturas ganaderas y nómadas desarrollaron por contra unos rituales y unas teologías en los que predominaba el sol, el poder, la fuerza y la virilidad. Eran pueblos de un tipo muy diferente a los anteriores. Su panteón podía ser perfectamente politeísta pero siempre prevalecía la figura de un dios masculino. Pues parece ser que las religiones del libro son de este segundo tipo. Tanto el cristianismo como el islam o el judaísmo parten de sociedades ganaderas con mitologías de tipo celeste, no telúrico-mistérica.
No es necesario que el sol sea precisamente el dios, pero siempre es un elemento natural que simboliza al dios. A través del sol se ve la fuerza del dios, dador de calor y de vida. El día se asimila a la vida y la noche a la muerte. La oscuridad es el lado negativo de la claridad, y las tinieblas están pobladas de malos espíritus.
Cuando las religiones se desarrollan plenamente, estos aspectos quedan por supuesto olvidados , pero permanecen a nivel profundo. Hay mil lugares en los que permanecen las asociaciones profundas que se dieron en las etapas de gestación de las religiones.
Así, oriente es símbolo de nacimiento, de dicha y de paz: por oriente (por el este) sale en sol todas las mañanas. Occidente, el punto contrario es el lugar por el que desaparece la luz dando paso a las tinieblas de la noche y por lo tanto las connotaciones son exactamente las contrarias. La figura central del cristianismo es Cristo; simultáneamente Dios y hombre. Todo templo cristiano es un canto a la venida de Cristo al mundo para dar luz. Ego sum lux mundi (1), dirá Cristo (Juan 8,12). El sol da la luz al mundo apareciendo por el este, con lo que la analogía está servida. Este recordatorio de la figura de Cristo como luz que alumbra el mundo aparece por doquier en el románico, como vemos en este detalle del pantócrator ede Sant Climent de Taüll:

Un templo románico (no sólo románico) tiene el ábside orientado hacia el este, de forma que el eje longitudinal de la nave central recorra la dirección oeste-este. La entrada principal del templo suele estar ( aunque no siempre) en el punto opuesto: en el oeste, donde se encuentra la fachada principal que recibirá los dorados y últimos rayos del día. Cuando el fiel entra en el templo, va de las tinieblas a la luz. La simbología, además de adecuadísima es preciosa. El punto más importante del templo, el altar en el que todo converge, está al este del edificio, en el centro bañado por la primera luz de la mañana que entra por la ventana central del ábside. El paso de los fieles desde la entrada hacia el altar es símbolo del paso de las tinieblas a la luz.
Si los templos tuvieran una orientación cualquiera, como sucede en los neoclásicos, todo esto se pierde. Y con ello se pierde parte de la belleza y riqueza del templo.
En la foto, el ábside de la colegiata de Santillana del Mar, tomana en Julio de 2005 a eso de las 10 y media de la mañana. Se aprecia perfectamente cómo el ábside está bañado por los rayos que inciden de lleno en él. Desde dentro, un espléndido raudal de luz se derrama sobre el altar.
Respecto a este tema, dos comentarios estrictamente personales:
1.- Un tópico cuy socorrido es que el románico es oscuridad y el gótico, como superación de un estilo anterior es todo lo contrario; un canto a la luz. Esto es falso. El tratamiento de la luz en el románico es exquisito. Y como todo fotógrafo sabe, para dar a la luz el protagonismo que necesita, debe haber oscuridad alrededor. El gótico está inundado de luz, aso es cierto; pero por eso mismo, por su ubicuidad en el interior del templo pierde , a mi pobre y posiblemente errado entender, parte de su protagonismo.
2.- Todo este efecto lumínico debido a la orientación se pierde si el templo tiene uno de esos retablos rococós que les han puesto a muchos. Ni son adecuados a los templos ni respetan su filosofía y simbolismo. Le sientan como a Cristo dos pistolas. Un retablo cegando la ventana del ábside es como una pared encalada ocultando la piedra: una bofetada al edificio.
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(1) Yo soy la luz del mundo
6 comentarios
m m -
Jeseibar -
Blade_runner -
Luis calvo Anguís -
Estupenda nota. Enhorabuena.
En la ciudad andaluza de Córdoba, todos los templos de la reconquista, de transición entre el Románico y Gótico, apuntan como es lógico, sus rosetones a poniente.
Pero además he constatado que las mezquitas también siguen esta misma orientación. Como sabes el mihrab se ubica siempre a levante, y como las mezquitas son todas de planta rectangular, y además son siempre una reproducción esquemática de la casa de Mahoma. Estas situan el patio a poniente y la puerta siempre como norma enfrentada al mihrab, altar del templo musulmán.
Así, templo musulmanes y cristianos, orientan sus templos de la misma forma. El ara a levante y la puerta, la luz, a poniente. El devenir histórico, ha provocado en Córdoba, que templos cristianos se asentaran sobre mezquitas árabes y viceversa. Dando como resultado hoy, unos templos realmente interesantes, que constituyen una auténtica lección de historia.
Contarte también que sólo hay dos mezquitas en el mundo que rompan la norma de la casa de Mahoma. Curiosamente las dos están en Andalucía. Son la imponente Mezquita de Córdoba, tercer templo en importancia para el mundo islámico y, la pequeña pero mágica mezquita de Almonaster la Real, en la provincia de Huelva.
Gracias por tu artículo
Luis
Jose -
Muy buen articulo!!
Lula Towanda -
Me han encantado y estaré al tanto de las actualizaciones.
¡Es tan dificil ver el gusto por la ciencia y la cultura juntos! (aunque sean en blogs separados :-) )